Sobre
el vicio de las letras
No
hay nada mas aburrido que un intelectual. Esa función del tedio
organizado, todo el tiempo con la tiza marcando la superficie de
alguna placa, pronunciando de forma sustanciosa ciertas palabras que
se tienen a si mismas por importantes y siempre quejándose de no ser
lo suficientemente atendidos; queriendo ponerse debajo de la luces de
alguna sala repleta de sonsos. Pero no es importante, para pensar hay
que aceptar que lo que decimos por lo general carece de toda
importancia. Hacen bien las masas en huir de los científicos y
artesanos de las letras. Es mejor verse a si mismo como un artista.
Un intelectual quiere indicar, un esteta quiere provocar el placer,
sabe perfectamente que su manifestación, en el mundo de las cosas
que suceden, bien valen el instante que duren, aunque sea por un
instante ridículamente limitado en el tiempo, su acción estética
vale por si misma y no necesita ninguna otra justificación fuera de
su propio espacio ontico. Si uno se pone a cranear la función que
cumple, frente al ojo y oído del espectador, la esencia de la cosa
intelectual, digo, vale poco. Se dicen tantas cosas, se han dicho
tantas cosas. Hectolitros infinitos de café y continentes enteros de
eucaliptos arrasados, para que unos diletantes puedan pintar signos
en el cadáver blanquecino de un pobre árbol. Es terrible. Por eso
creo que esta muy bien ponerse a escribir y danzar palabras que valen
poco, es mejor el discurso que se sabe ya como especulación o forma
de drama. Y decididamente no crean que subestimo la función del
pensamiento organizado y racionalmente fundamentado, es que la verdad
lo considero, quizás de modo excesivo, muy por encima de las
posibilidades promedio del ser humano. Es algo dificultoso en
extremo, con suerte se puede decir algo que valga la pena, de ser
leído o escuchado, unas dos o tres veces en la vida. Y esto con
suerte.
A
veces hay que escribir o decir, por que no queda otra. Las palabras
se salen y uno queda poseído por un “espíritu maligno” de las
letras. Significa cosas, se equivoca, sale alguna ocurrencia, pero
realmente no
tiene que importarnos
si lo que pronunciamos es o no calificado.
En
realidad debemos tener claro que hay que escribir sea
lo que sea, siendo
conscientes de la futilidad inherente al fenómeno. Por ejemplo, esto
que escribo no le importa a nadie, es dudosa la posibilidad que
estas palabras, ya
no solo sean
alguna vez observadas
con cierto agrado, sino dudosa la posibilidad que alguien se decida a
leerlas.
Como ven mis actividades están marcadas por el absurdo. Hasta se
podría decir que todo
escribir es una acción
mayormente enmarcada en los principios del surrealismo.
Esto
comienza como una necesidad de expresión,
por supuesto existen
infinitos medios para ello.
Algunos caemos en las letras. Este genero es muy consumido, pero bajo
las formas de la moda. Otras expresiones,
aquellas mas raras, son
relegadas a los bordes. Valen poco, nadie paga por ellas. Entonces
se intenta endulzar la conciencia del espectador, armando
frases que por si mismas contengan algún
grado de impresión
empíricamente
satisfactoria.
Hay personas que aprecian esto. Muchas veces lo que atrae del
testamento sobre lo ordinario, es mas la forma que el contenido. No
se bien como es que funciona, pero existen ciertas formas y giros que
provocan extrañas sentimentalidades. Es como el efecto Asmr,
uno no sabe como funciona pero funciona. Recomiendo que busquen eso
en la red
, Asmr. Un orgasmo mental provocado por la forma particular de
articular un sonido. Si
profundizamos esta variante llegamos a la poesía, como todos saben
lo importante del genero es el sonido, hay siempre una musicalidad.
Personalmente me atrae la prosa poética, es un híbrido
maravilloso que halaga ambos hemisferios cerebrales por igual. Con
la poesía pues, se experimenta la unión
primordial de la materia. La realidad integrada, tal como es, no
sectorizada, por eso es casi un ultra genero, algo así
como la fusión
ultima del sentir.
Aunque
en realidad muestra el fenómeno humano, de su experiencia, tal como
se presenta en la vida cotidiana, donde la palabra y el sentimiento
suelen ir de una mano, por la misma vía digamos.
Por
ultimo, quiero indicar la necesidad que escapen de aquí en cuanto
puedan, leer estas cosas es una perdida sideral de tiempo, podrían
estar realizando asuntos mas útiles, como aprender un idioma, o
apostar. Yo no se nada de eso, pero supongo que debe ser interesante
ganar dinero jugando a los dados.